miércoles, 8 de agosto de 2012

Mad man‘s dead

Hoy termina el auto-exilio. La sentencia fue injusta, mas el castigo era necesario. Vuelvo y me encuentro con ese viejo y conocido sabor de boca que deja el hecho de saber que nada nunca será igual...

Hace más de una semana se develó mi primer mural y hoy me encuentro botado en cama con dos dedos de la mano derecha fracturados, imposibilitado por al menos cuatro semanas hasta que el yeso me sea retirado.

El sábado pasado tuve el placer de encontrarme con un amigo de otros tiempos, Li Zhenyu, mi mentor en cuestiones de cocina. El platicar con él me hizo darme cuenta de lo mucho que ha cambiado mi perspectiva con respecto a muchas cosas... él nació en Si Shuan, vivió allí hasta los quince, cuando dejó todo y sus sueños lo llevaron a Hong Kong, cinco años más tarde ya con mayoría de edad comenzó su vagar por el mundo. Londres, Rusia, Africa, España, Chicago... para así, en 1999 llegar en un buque comercial al puerto de Veracruz, México y establecerse económica y emocionalmente. ¿Qué encontró él aquí que todos los que han partido sólo parecen hallar lejos de casa?

Debe comprender, amable lector que muchas lunas han pasado desde la última ocasión en que redacté una entrada. Y que el medicamento para el dolor y la disposición de mi organismo ante cualquier sustancia me hacen una persona por demás dispersa... mas el punto debo dejar claro: sin importar cuantas veces la roja navaja me ha tenido a su merced, siempre logro encontrar como salir de ello con el cuello intacto, en esta ocasión habré perdido dos dedos, pero ¿qué son dos dedos cuando se tienen dieciocho más?

“Deh-Shay, Deh-Shay, Bah
Sah Rah. Bah Sah Rah.“

1 comentario:

Espaciolandesa dijo...

Pues sí que ha pasado mucho tiempo...